domingo, 1 de abril de 2012

Conferencia en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, Platón y Aikido





24 de Marzo de 2012

“El arte y la esencia del vacío”

(Platón y Aikido)

Buenas días, me llamo Ezequiel Zayas y antes de comenzar esta charla, la cual a versar sobre el arte y la esencia del vacío, basados en la concordancias del pensamiento platónico y el espíritu del aikido, quiero agradecer sinceramente a la Federación Madrileña de Judo y Disciplinas Asociadas, a Felipe Amador y a todo su equipo, la oportunidad que me brindan de compartir con todos vosotros mi entusiasmo por la cultura tradicional japonesa, y en especial por el mundo del aikido.

Quiero que sepáis, que no tenéis delante en absoluto a la persona más indicada para hablaros de Platón y del Aikido, solo soy un amante de estas culturas milenarias, cuyo estudio me ayudó a comprender un poco más la esencia del aikido, y el pensamiento de dos grandes filósofos como fueron Platón y Morihei Ueshiba.

Como preámbulo a esta conferencia, he considerado conveniente hacer una pequeña introducción sobre la cultura del vacío, con el objetivo de facilitar una mayor comprensión del espíritu de la misma.

En cierta ocasión durante la estancia de Yukio Mishima en los EEUU, recibió la visita de un afamado periodista, su objetivo más que entrevistar al famoso Mishima (actor, escritor,..) era el visitar su casa, con el único objetivo de comprobar personalmente la decoración y el estilo japonés de sus muebles buscando en ellos el espíritu y la esencia de Japón. En un momento de la visita, el periodista quien con su mirada no hacía más que intentar buscar algo que lo relacionara con el país del sol naciente, se encontró sorprendido con la pregunta de Mishima sobre qué era lo que andaba buscando en realidad, el periodista respondió sinceramente, que esperaba encontrar el espíritu de Japón en esa casa, máxime siendo donde vivía el famoso Yukio Mishima, y que sin embargo, solo veía muebles de estilo occidental, cosa que no se lo esperaba y por ello buscaba algo que le hiciera ver donde estaba ese espíritu del que tanto hablaban.

Mishima sonriente, con un ademan típico japonés le invitó a subir a la planta superior de la casa, con el fin de mostrarle lo que el andaba buscando, al llegar a la zona el periodista extrañado comentó, aquí no hay nada todo está vacío. Mishima le respondió, justo en el vacío es donde habita el espíritu.

Lao Tse, tuvo la concepción de la plenitud del vacío en sus muchos y diferentes pensamientos filosóficos, entre ellos los siguientes:

“Modelando el barro se hacen los recipientes, y es su espacio vacío lo que los hace útiles.”

“Puertas y ventanas se abren en las paredes de una casa, y es el espacio vacío lo que permite que la casa pueda ser habitada.”

Sócrates en su definición sobre la naturaleza del alma, y su viaje a través de los cielos entre encarnación y encarnación, vincula al alma con lo divino cuando dice:

“Hemos de atrevernos a decir la verdad, especialmente cuando de la verdad estamos hablando; en aquel lugar habita sin color, sin figura, e intangible, la auténtica realidad. Por ser el objeto del verdadero conocimiento, solo puede ser percibida por aquella capacidad de conocer que ella es el piloto del alma”.

Antes de profundizar más plenamente en el tema de la conferencia, como homenaje a O Sensei, quisiera hacer una pequeña mención al mismo, quien vino a este mundo el 14 de Diciembre de 1883 en la ciudad de Tanabe, y cruzó la orilla a los 86 años de edad el 26 de Abril de 1969.

Considerado como un genio y filósofo, su arte perdura y crece sobre la base del no conflicto, sobre la base de la armonía, las relaciones humanas y del conocimiento filosófico del ser humano y del universo.

En el corazón del Aikido el concepto de Ki en japonés, también denominado Chi en chino, Prana en hindú, Ka en egipcio y Neuma en griego, es el principio creador universal. El Aikido busca unir este Ki universal con el Ki encontrado dentro de cada persona. Literalmente, el Aikido se traduce como "el Camino de la Armonía con el Universo.

Todo ello junto a los movimientos circulares de sus técnicas, los desplazamientos constantes del centro de gravedad y la correcta posición del eje de nuestro cuerpo, hacen que el aikido sea considerado por muchos como el arte marcial del futuro, como un camino hacia el humanismo.

En el año 1991, la ONU lo declaró como el Arte marcial de la Paz.

En 1992, la Universidad Politécnica de Valencia, invistió como Doctor Honoris Causa a Kisshomaru Ueshiba II Doshu, por el fomento de la filosofía del aikido en el mundo.

El 6 de Noviembre de 2012, en un acto similar, la Universidad Politécnica de Valencia entregará la Medalla de la Universidad a Moriteru Ueshiba III Doshu, por el fomento del Arte de la Paz en el mundo. Siguiendo con la tradición japonesa de que cada veinte años la naturaleza se renueva, de esta misma manera el compromiso de fomentar la cultura tradicional japonesa, es renovado por aquellos que la fomentan.

A menudo cuando nos preguntan, ¿Qué es el aikido? nos centramos en la parte mecánica de un arte marcial, por lo que nos estamos dejando la parte más importante, justamente aquello que habita en el interior del aikido, su espíritu. (parafraseando a Yukio Mishima)

Hablar del aikido, supone hacerlo al mismo tiempo de una de las culturas mas trascendentes de todos los tiempos, (la cultura tradicional japonesa) a pesar de definirse como arte marcial, al estar basado en la no resistencia y en la armonización de las energías, el aikido por si mismo forma parte de la evolución de la conciencia del hombre, que busca la paz y la armonía consigo mismo. Sana coincidencia con Platón cuando dijo, que “el filósofo es aquel que ha encontrado la paz de su alma”.

La cultura del aikido, basada en los principios de armonía con el universo, fundamenta este hecho con la consecución de un estado armonioso en el practicante, que desarrolla a la vez la práctica y la filosofía de este principio armónico.

Morihei Ueshiba lo expresaba de la siguiente manera, “Cuando los ritmos de la respiración y los movimientos del Aikido se armonizan con el ritmo del Universo, la mente y el cuerpo se centran y cada movimiento se convierte en una rotación”.

Si tenemos en cuenta que el principal objetivo del aikido no es derribar, o humillar a un adversario, sino controlarlo evitando el enfrentamiento físico, entenderemos que practicar aikido con la palabra supone vencer la tentación de mostrar la superioridad, a través de la técnica o del conocimiento.

La mente, la respiración y el movimiento, actúan directa e indirectamente en el estado evolutivo de la armonía, con una mente plena conseguiremos llegar al estado de vacuidad donde nada nos perturbe, es en ese momento cuando el Espíritu se refleja con la mayor profundidad en el ser humano. Es justo ahí, cuando las técnicas de aikido toman posesión del centro, y por consecuencia de la eficacia de las mismas a través de la sutilidad del movimiento.

Con la respiración, se canaliza la energía que se absorbe del cosmos y llenamos de vida nuestro cuerpo, la armonía entre el cosmos y el cuerpo se refleja a través de la respiración y es justamente ahí, cuando se cumple el compromiso de unión entre el hombre y el universo para la subsistencia del ser.

Fue Pitágoras, quien en la antigua Grecia, usó por primera vez la palabra cosmos para describir un universo, ordenado y armonioso que fuese comprendido por los seres humanos.

Sócrates a su vez, definió a los filósofos como los buscadores de la verdad, amantes del conocimiento, la sabiduría y el pensamiento, por lo que podríamos definir asimismo a la filosofía del aikido como la búsqueda de la verdad del aikido.

¿Dónde podemos encontrar esa verdad?, esa es la pregunta que normalmente nos hacemos, ¿está en la práctica o en el estudio?, la respuesta la da O Sensei, quien dijo:

“Gracias al estudio y la práctica, las verdades científicas y espirituales, se unen para formar un todo, una intuición que las palabras no pueden definir.”

En mi humilde opinión, esta verdad, va mas allá de la metafísica convencional, está dentro de cada uno de nosotros mismos, está en el espacio entre la vida y la muerte, en el vacío que se genera durante la práctica del aikido entre dos compañeros (Uke y Tori), está en la hoja del sable que amenaza nuestra vida con la ignorancia, está en nuestro comportamiento diario, en las relaciones humanas, en la humildad y en el reconocimiento de nuestras limitaciones y errores, está en el vacío generado entre la enseñanza del profesor y el aprendizaje del alumno.

Como definición diría, que cuando las verdades científicas y espirituales se unen, se convierten en un todo intangible, pero que a su vez, al igual que el viento, este “todo” se deja sentir. Convirtiéndose en la verdadera plenitud del vacío.

O Sensei, dedicó una gran parte de su vida, a transmitir la idea que tenía del aikido a través de la filosofía, la práctica y las técnicas solo fueron un medio para llegar a ella.

Por ello he decidido utilizar la similitud entre Platón y O Sensei en la percepción de la realidad, empezando por el pensamiento filosófico de Aldous Huxley y Karl Jaspers, quienes definieron a la filosofía como una sabiduría universal del ser humano, denominándola “Philosophia perennis”, la cual va más allá de las diferencias de lugar y época.

Así pues, empezaremos hablando de Platón para ir poco a poco adaptando sus pensamientos a la realidad del aikido.

La teoría de Platón sobre el arte, en principio parece circunscribirse estrictamente a una discusión sobre la poesía, sin embargo, esta definición dada por Platón se refiere “al que hace” y que abarcaba a todos los tipos de arte, de ahí que lo conectemos directamente con el aikido, ya que como arte marcial y filosófico, puede llegar a convertirse en un dilema en la mente de los aikidokas, que al igual que Platón, tuvieran que discernir entre una cosa u otra, ya que ambas dependen y están condicionadas entre sí.

Por lo tanto, no se trata de que aceptemos el aikido como una realidad absoluta, al igual que en “La teoría de las ideas o de las formas”, pero si como una visión de futuro donde puedan converger tanto las ideas como los pensamientos de unos y de otros, sin que ello pueda afectar ni condicionar al practicante en su realización personal de una realidad absoluta como ser.

Por otro lado, siempre habrá quien como los sofistas de la época, pretendan desviar la atención de los hombres (aikidokas) de la especulación filosófica hacia la práctica, a ellos Platón, los calificó como hombres faltos de fe, en la posibilidad de un conocimiento sobre realidades últimas o normas absolutas.

De ahí el riesgo, para algunos instructores de aikido, que caigan en la misma tentación que los sofistas, centrándose únicamente en la práctica en detrimento de la filosofía, por el mismo hecho de interpretar como verdadero solamente aquello que se percibe.

Esta aseveración la califica Platón como de egoísta y basada en la opinión, ya que el hecho de que no se tenga conocimiento de una cosa, no por ello deja de existir, por lo que insistía al mismo tiempo en la posibilidad, del conocimiento y en la existencia de valores absolutos, aquellos que rigen el universo. (Nuevamente nos dirige de forma inconsciente a los pensamientos de Lao Tse y al mismo Mishima.)

En su momento Ô Sensei Morihei dijo:

Aikido, “Es el constante entrenamiento, de la mente y del cuerpo como disciplina fundamental para los seres humanos que caminan por el sendero espiritual”.

Volviendo nuevamente con el conocimiento, y entrelazando el pensamiento de Platón con el conocimiento del ser humano como tal, y del aikido en particular, se debería prestar suma atención a lo mencionado por Platón cuando hace el siguiente comentario:

“Cuando se habla sobre de la base del conocimiento, las palabras suelen ser verdaderas, pero cuando se habla sobre la base de la percepción o de la opinión, el riesgo es que las palabras sean erróneas.” No en vano se le consideró como el fundador de la psicología política.

En la práctica eficiente del Aikido, se busca el conocimiento desde el primer paso con la realización de Ikkyo hasta el control de la energía a través de la respiración kokyu, este conocimiento se asemeja a la “base del conocimiento” platónico, de manera que con esta práctica estamos asegurándonos que nuestra percepción de los hechos sea la correcta, en base al correcto conocimiento de aquello que practicamos.

No se pretende unificar la Tragedia y la Comedia en un solo personaje representativo, (profesor) sino dedicar el tiempo necesario a la práctica y el conocimiento de la misma, para que conocedores de nuestras propias limitaciones, podamos centrarnos en estudiar y practicar un arte no violento, (Aikido) compartiendo la experiencia del profesor con la del estudiante, enriqueciéndose ambos a la vez.

Platón, en su mensaje de que solo debemos mantener las formas simples, que imitan la vida de los hombres valientes en la guerra, y de los hombres nobles en la paz, se asemeja tremendamente al concepto del Bushido tal y como lo interpreta Inazo Nitobe en su obra, Bushido el Código Ético del Samurái.

De igual manera el alumno practicante de aikido, debe imitar al profesor cuando sus enseñanzas sean nobles, llenas de sinceridad y armonía con su entorno.

Conectando así con el pensamiento confuciano de. "Son mis padres quienes me han dado la vida; es el maestro quien me ha hecho un hombre"

Este estilo de vida como dice Platón en su visión sobre el Arte, está condicionado por el estado del alma del poeta-artista, del que se deriva directamente el contenido, el ritmo y la música los cuales, han de acompañar al estilo y la tónica general del conjunto será la simplicidad.

Trasladándolo al aikido sería, “el estado del alma del aikidoka, del que se deriva directamente el conocimiento, la respiración y la coordinación, los cuales han de acompañar a la técnica, y la tónica general del conjunto será la forma”.

Tanto el conocimiento, como la respiración, la coordinación, la técnica y la forma son parte de la ejecución de la práctica del Aikido, donde el practicante al igual que el artista, ha de disponer de un estado en perfecta armonía de su alma. (Ki)

Todo ello hace que el concepto del Aikido como forma de vida, se asemeje al concepto filosófico que Platón tenía del arte en sí, el arte de verdad es imposible sin el estudio del bien y de la vida.

Esta visión de Platón, coincide plenamente con el pensamiento de O Sensei. "He comprendido que el budô no consiste en derribar al adversario por la fuerza y que no se le puede utilizar para llevar al mundo a la destrucción por medio de las armas."

"El verdadero budô consiste en aceptar al Espíritu del Universo, en guardar la paz del mundo y en producir, proteger y cultivar correctamente a todos los seres de la naturaleza."

Este concepto del budô preconizado por Morihei Ueshiba, está fundamentado en el principio del estudio del bien y de la vida, virtudes propias de un ser amante de la armonía universal.

No debemos olvidar que si el gusto artístico es una parte de la educación, el bien y la belleza vivientes como la pureza del alma, son superiores a las de cualquier obra o de otro ser vivo.

Según Platón, el buen artista ha de poseer siempre conocimiento de lo que crea, si es que ha de crear con belleza. Por ello los profesores de aikido y los profesores en general, nos debemos exigir a nosotros mismos, un conocimiento pleno de lo que pretendemos enseñar, a fin de que nuestros alumnos adquieran la formación correcta, y puedan transmitir a futuro con la misma fiabilidad, el valor de lo que han aprendido.

Ya que de lo contrario, al igual que el artista mediocre, solo estaremos creando una obra carente de belleza, entendiendo como belleza la calidad de la enseñanza misma, máxime cuando las obras en sí no son más que nuestros propios alumnos, las cuales si carecen de la belleza del conocimiento, pueden llegar ha convertirse en auténticas obras vacías faltas de ese espíritu que habita en el vacío.

El término “correcto” en Aikido, es idéntico al expresado por Platón cuando comenta que, una obra está “bien hecha en el sentido de que va a producir un efecto positivo en aquellos que la vean y oigan.” De igual manera podremos decir que el Aikido que practicamos es bueno o no, dependiendo del efecto que este produzca en sus practicantes, es como la obra creada por el artista, si es buena tendrá buenos efectos y si no lo es caerá rápidamente en el olvido.

Si el resultado es de efectos como, respeto, humildad, serenidad, auto control y conocimiento, es que el tipo de enseñanza es buena, pero si por el contrario, los efectos son justamente lo opuesto, se podrá decir que el estilo, las formas y las técnicas, carecen de los más mínimos principios filosóficos, basados en el “conocimiento de aquello que se habla”, en este caso con mayor responsabilidad, ya que se trataría de lo que se enseña.

Por otro lado, el peligro estriba en el conocimiento superficial de lo que se enseña, lo cual no lleva sino a la “polimatía” (pensar que se sabe lo que no se sabe) y aquellos que las han aprendido mal, son aún peores que aquellos que no las han aprendido en absoluto.

“Así mismo, no se puede hablar de la filosofía del Aikido, sin tener un conocimiento lo suficientemente amplio del dominio de la técnica, como competencia para el estudio y análisis de la misma”.

Nuevamente Platón, nos muestra el camino con su concreción sobre lo que debe ser un buen maestro, artista o dirigente. “Debe de llevar consigo un sentido auténtico de los valores, una comprensión de los principios que gobiernan el universo, un amor a la verdad y a la belleza, y además, una facultad de razonamiento altamente desarrollada centrada en la ciencia”.

Nuevamente une Platón a la filosofía con la ciencia, es decir la filosofía con la experiencia de la práctica, ya que toda ciencia surge de la práctica, y no hay mejor práctica que el arte aplicado a la ciencia.

Entendiendo el Aikido como “Arte-Marcial-Filosófico”, si separamos lo marcial y lo filosófico dejando el “Arte”, estaremos entrando en el análisis de las “formas”, ya que estas al ser el principio de todas las obras, nos podrá llevar a caer en la trampa del ego, que solo estará disfrutando de la belleza de la obra, aunque esta se convierta en un objeto inerte al faltarle la esencia del espíritu,(la plenitud del vacío) de igual manera que los sofistas, los cuales se centraban en la práctica olvidándose de la filosofía, o de aquellos que dicen que creen en la belleza de las técnicas del aikido, pero no creen en la belleza del mismo, todos ellos se asemejan a los que anteponen los logros científicos a la realidad del ser humano.

Nadie mejor que Kodo Sawaki para definir la situación actual.

"La ciencia avanza con rapidez, porque puede tomar prestado el saber de los demás. Pero nuestra calidad humana, no puede tomarse prestada de nadie, y por eso mismo no evolucionamos."

Es el estudio del arte a través de la práctica y la filosofía del Aikido, lo que nos lleva a una nueva dimensión humanista. Acercándonos así al practicante filósofo, cuyo resultado será su formación humana, no olvidemos que el verdadero filósofo es aquel que como decía Platón:

“Ha resuelto los conflictos de su propia alma”.

Y es justo en ese momento, cuando está en condiciones de afrontar su propio destino.

“La atención al movimiento y la integración con la respiración a la realización del mismo, hace que se produzca la simbiosis perfecta para la comprensión del arte y la técnica, la belleza y la estética, la forma y la efectividad, el cuerpo y la mente”.

Ya que la verdadera efectividad del Aikido, se adquiere a través de la armonía del espíritu, junto a la coordinación del movimiento, los desplazamientos y la respiración con la propia naturaleza.

“No hay forma ni estilo en el Aikido. El movimiento del Aikido es el movimiento de la naturaleza, cuyo secreto es profundo e insondable”.

“Respirar auténticamente significa respirar al unísono con el universo, entonces es cuando uno adquiere el poder de la naturaleza”.

Este mensaje de Kisshomaru Ueshiba, lo dirigió a los alumnos más avanzados que habían alcanzado cierto nivel de dominio, y que sin embargo estaban todavía apegados a la forma que carece de fluidez de los movimientos naturales, son estos movimientos los que caracterizan la manifestación última del aikido.

“El triángulo representa la generación de energía y la iniciativa, es la postura física más estable. El círculo simboliza la unificación, la serenidad y perfección, es la fuente de las técnicas de un número ilimitado. En el cuadrado se encuentra la forma y la solidez, la base de la aplicación del control”.

Morihei Ueshiba explicó la formación de Sumi Kiri, es decir, la total claridad de mente y cuerpo con la siguiente definición:

"Cuando el triángulo, el círculo y el cuadrado convertido en uno, se mueve en rotación esférica junto con el flujo de ki, el Aikido de sumi kiri aparece”.

Este concepto filosófico del universo se asemeja al de Platón cuando dijo que:

“El movimiento del mundo es de rotación esférica, el mas perfecto, puesto que combina movimiento y estabilidad”

Similar a ello es la apreciación que hizo Kisshomaru Ueshiba:

“El movimiento circular en el Aikido es la realización del movimiento circular del Universo, y es lo mismo que el movimiento de la Tierra en el sistema solar.”

“Lo más importante del movimiento circular es el centro fijo. En el Aikido, nuestro cuerpo humano se considera como un pequeño universo, y el cuerpo se convierte en uno con la naturaleza, y realiza un movimiento circular, de esta forma podemos demostrar el mayor nivel de expresión de las técnicas del Aikido."

Platón consideraba que el hombre es la medida de todas las cosas. Basado en su tesis de que las “cosas son números”, y si los números representan tanto las cosas como los hombres, quiere decir que ambos, cosas y hombre son infinitos puesto que los números infinitos son…

La mente aikido definida siglos después por el Honorable Doshu Dr. Kisshomaru Ueshiba, como principio de todas las técnicas de aikido, ratifica la conexión de la filosofía del aikido con la promulgada por los antiguos filósofos y pensadores griegos, “las técnicas de aikido son infinitas ya que tienen su origen en la propia naturaleza del universo”.

Empédocles, a fin de resolver el enigma planteado por Parménides, postuló cuatro elementos permanentes, fuego, agua, aire, y tierra y dos principios del movimiento; atracción y repulsión. Basándose en el principio del amor y odio en el sentido poético mas amplio.

De igual manera el practicante de aikido como ser humano, es poseedor del agua y del fuego existentes en su interior, absorbe la energía del aire cuando respira y de la tierra al andar, los movimientos de traslación y rotación los realiza durante la practica de aikido con "Irimi" e "irimi-tenkan", ello no hace mas que confirmar el principio de atracción y repulsión promulgado por Parménides y acción y reacción junto al movimiento circular por Kisshomaru Ueshiba.

Quisiera recordar unos párrafos de la obra, Bushido la vía del guerrero de Inazo Nitobe, dedicándolo a todos los amantes de las artes marciales representadas en el Bushido a través de la cultura tradicional japonesa.

Por otro lado si siete fueron los principales valores que hicieron distinguirse a los seguidores del Bushido como; La ética, la moral, la honestidad, el altruismo, la disciplina, el respeto y el valor, la poesía (haiku) y la narración poética también formaron parte de él.

Como ejemplo, vayamos a finales del siglo XI durante una batalla entre el clan Minamoto y el clan Abe, desarrollada a orillas del río Koromo, el clan Abe fue derrotado y Sadatô jefe supremo del mismo, emprendió la huida seguido por su enemigo Yoshiie quien le recriminó apuntándole con su arco:


“Para un guerrero es una deshonra mostrar su espalda al enemigo"
Sadatô detuvo entonces su caballo, ante lo cual Yoshiie improvisó el siguiente verso:

"Desgarrado en jirones está el tejido del vestido"

Respondiendo Sadatô con la serenidad de quien conoce su destino:

"Pues el tiempo ha desgastado su urdimbre con el uso"

Yoshiie que mantenía tensado su arco, dejó marchar a Sadatô, confesando posteriormente, que no había podido matar y cubrir de vergüenza a un hombre, que había mantenido la tranquilidad de su espíritu en tan crítico momento.

A su vez Nitobe expresaba así su visión del bushido:

El Bushido, carente de dogma o fórmula que defender, puede permitirse desaparecer como entidad, y al igual que la flor del cerezo, está dispuesto a morir con el primer soplo de la brisa matutina, sin embargo su destino no será la extinción total.

Como código ético independiente, puede desaparecer, pero su poder no perecerá en la tierra, sus escuelas de destreza marcial y honor cívico, pueden ser demolidas, pero su luz y su gloria, sobrevivirán mucho tiempo a sus ruinas.

Como su flor simbólica, después de dispersarse a los cuatro vientos, aún bendecirá a la humanidad, con el perfume con que enriquecerá la vida.

Siglos más adelante, cuando los seguidores del Bushido hayan sido enterrados, y su simple nombre olvidados, sus aromas llegarán flotando en el aire, como si provinieran de una colina lejana e invisible, como " una mirada al mas allá desde la vera del camino".

Y ya que he iniciado esta conferencia haciendo mención a O Sensei Morihei Ueshiba, quisiera con vuestro permiso finalizar con tres de sus pensamientos más trascendentes.

“De pie entre el Cielo y la Tierra, conectando a todas las cosas con el Ki, mi mente está resuelta a hacerse una con ellas”.

“Deseo que todas las personas buenas escuchen la voz del aikido, no para corregir a los demás, sino para corregirse así mismas”.

“Cuando los ritmos de la respiración y los movimientos del aikido se armonizan con el ritmo del Universo, la mente y el cuerpo se centran y cada movimiento se convierte en una rotación”.

Y el siguiente mensaje de O Sensei a los que se inician en el aikido.

“Si deseáis aprender el aikido, estudiad el origen y el funcionamiento del universo, los principios, las fuerzas que lo alumbran, los intercambios de energía, el movimiento de las galaxias .Todos estos elementos forman parte de la ley universal, las reacciones nucleares, la corriente electromagnética, la fuerza gravitacional, todos son principios de aikido y la base de sus técnicas”.

Como conclusión y en mi humilde opinión, todos los aikidokas deberíamos estudiar a O Sensei, e intentar descubrir el aikido de Sumi Kiri, practicando el Tama no Hireburi, a través de Funa Kogi Undo y visualizando Maru, Sankaku y Shikaku.


Ezequiel Zayas

Maestro Nacional Especialista 5º dan
Profesor de aikido en la Universidad Politécnica de Valencia
Miembro de Kumano Juku (Japón)
Presidente de la Asociación para el Fomento del Aikido y la Cultura Tradicional Japonesa