miércoles, 24 de diciembre de 2008

Enseñanzas para un año nuevo / Lessons for a New Year


Conserva el Vacío Absoluto
Y la perfecta Paz permanecerá
Todas las cosas tienen un mismo origen
Y desde allí las contemplamos retornar
Todas las cosas emanan florecientes
Y cada una de ellas regresa a su origen
Regresar a su Principio es reposar
Reposar es encontrar el nuevo Destino
Al regreso al Destino se le llama Eternidad.
Al que conoce lo Eterno se le llama Iluminado
El que desconoce lo Eterno su miseria es desventura
Quien conoce la Eternidad todo lo posee
Quien es justo con los demás es soberano
Quien es soberano es semejante a lo Supremo
Lo Supremo es el Camino del Tao (Cielo)
Alcanzando el Tao tendrá vida eterna
Y aunque su cuerpo muera él nunca perecerá.


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Absolute retains emptiness
And the perfect Peace will remain
All things have the same origin
And from there we look back
All things emanate flourishing
And every one of them goes back to its origin
Principle is returning to his stand
Stand is to find the new Destination
To return Destination is called to Eternity.
When you know what it is called Eternal Lit
The unknown is what the Eternal their misery misfortune
Who knows what possesses Eternity
Who is fair to the other is sovereign
Who is sovereign is similar to what the Supreme
What is the Way of the Supreme Tao (Heaven)
Reaching Tao will have eternal life
And though his body dies he never perish.

Lao Tse

lunes, 22 de diciembre de 2008

Palabras del presidente de la AFA , Ezequiel Zayas en la entrega de los premios 2008

Ilustrísimos Concejales de Torrent

Ilustrísimo Sr. Vicerrector Juan Miguel Martínez

Ilustrísimas señoras Cristina Lagura y Marian Martínez

Ilustrísimo Sr. Falero

Maestro Vural

Señoras y señores.

Amigos todos.

¿Quizás se pregunten el porqué de estos premios?

Incluso puede resultar anacrónico para algunos, el que una organización no perteneciente a un país, premie el fomento de la Cultura Tradicional del mismo.

El motivo es, que como artistas marciales que somos, el verdadero sentido de esa cultura, ha calado en lo más profundo de nuestros sentimientos y de nuestra forma de ser, prueba de ello son los años que se están entregando estos premios y que este año gracias a la extraordinaria colaboración del excelentísimo ayuntamiento de Torrent y en su nombre la Excelentísima Sra. Dñª María José Catalá, se ha podido realizar al unísono el III memorial en recuerdo de quien fue nuestro amigo y profesor Iwagaki Shigenori, quien consideraba a Torrent como su segunda casa.

Es sabido que la Cultura Tradicional Japonesa basada en el bushido, posee unos valores y unos principios que enriquecen al ser humano, llegado a ser considerado como una forma de vida, como explicó Nitobe en su versión del Bushido, el cual fue considerado como el código ético del samurái.

Quizás sea este el motivo por el cual existan personas como los galardonados, los cuales sin más expectativas que la satisfacción de su propio trabajo, hayan dedicado tantos años al conocimiento y posterior divulgación de esta cultura.

Cuando este año se realizó la elección de los candidatos a los premios AFA, se aprobaron por unanimidad la concesión a tres personas que durante muchos años, habían estado trabajando en el fomento de la cultura tradicional japonesa, pero cuál fue nuestra sorpresa cuando nos enteramos que el destino nos había arrebatado a dos de ellos, a los muy ilustres profesores Antonio Cabezas García ex jesuita y experto karateka y al padre dominico Jesús González Valles.

Ante esta noticia, la cual nos llenó de tristeza e incertidumbre por el hecho en si, también nos transmitió parte de la energía de los dos ausentes, ya que al mismo tiempo decidimos seguir con el homenaje y que este fuera recibido por sus familiares, en el caso de Antonio Cabezas, por su viuda la ilustre señora Dñª Cristina Lagura y en el caso del padre Jesús González, su sobrina la ilustre señora Dñª. Marian Martínez, a quienes agradecemos de todo corazón su presencia en este acto.

Relacionado con ellos, resulta tarea difícil para un pobre ignorante el hablar de estas dos singulares personas, sin correr el riesgo de no hacerles justicia, difícil tarea el hacer un repaso por la que fue sus vidas sin cometer el más mínimo desliz.

A ambos, tuve la gran suerte de conocerlos durante el simposio internacional sobre el legado de Francisco Xavier, organizado en la Universidad de Salamanca en el año 1999, con motivo de la celebración del V Centenario de la llegada del padre Francisco Javier a tierras japonesas y si tengo que decir algo al respecto, es que me quedó muy claro que estaba ante dos grandes personas que el destino me los había puesto en mi camino, participé y disfruté en sus ponencias al igual que ellos hicieron con la que me tocó cerrar el simposio “ Aikido o la Cultura de la Armonía”, quién me iba a decir entonces que hoy nueve años después, estaría hablando de ellos en la entrega de los Premios AFA, y que el director del simposio el Dr. Alfonso Falero, fuera hoy el tercer galardonado, demasiadas coincidencias para que este acto sea fruto del azar.

Hablar de los premios y galardones que ya les habían concedido tiempo atrás tanto el gobierno japonés a ambos, por el fomento de la cultura japonesa, como el de su Majestad el Rey D. Juan Carlos en el caso de Antonio Cabezas, resultaría olvidarnos de la parte más importante ya que en ambos casos, sobrepasa el umbral de las grandes personas y el estudio de sus vidas les lleva hasta lo más profundo del sentimiento humano, es decir su grandeza espiritual.

Por ello, prefiero no hacer mención a sus trayectorias y currículos como personas que existieron y si pensar que siguen existiendo en algún lugar del Cosmos, ya que ellos fueron como dos estrellas, que durante un tiempo convivieron con nosotros mostrando sus enseñanzas y ahora, cuando han visto realizada su misión, como si se hubieran puesto de acuerdo, han retornado al origen, cumpliendo así con su compromiso como seres elegidos.

Con ellos la sociedad ha perdido a dos grandes humanistas, pero han dejado su semilla entre los amantes y seguidores de la Armonía y de la Cultura Tradicional Japonesa, por eso mismo, mientras haya un lugar donde se lean y estudien sus obras, nunca dejarán de existir.

Junto a Matsuo Bashô, cuyas obras conocí gracias a Antonio me hicieron amar los haikus y cuando Jesús me regaló su obra “Historia de la Filosofía Japonesa” sentí que ello complementaba mi estudio por la cultura del país del sol naciente, que lejos está y cuan cerca la han dejado Antonio y Jesús.

A ellos les dedico in memoriam, con la improvisación del principiante el siguiente haiku.

Desde la lejanía.

Al llegar está La Luz.

Las olas murmuran.

Por otra parte el tercer homenajeado es el muy ilustre profesor Dr. Don Alfonso Falero, de quién si habláramos únicamente de su trayectoria como profesor de Historia del Pensamiento Japonés en la Universidad de Salamanca, de su larga estancia en Japón, o decir que es la máxima autoridad en occidente sobre conocimientos shintoistas, doctorado en Estudios Shinto, en la prestigiosa universidad de Kokugakuin de Tokyo, el cual se convirtió en el primer investigador extranjero y único occidental que haya alcanzado este grado, autor de varios libros sobre cultura japonesa, promotor del Pensamiento Global, si habláramos solamente de ello, sería como cometer un grave olvido sobre su persona, pues lo verdaderamente importante en el, es algo que no queda reflejado en su currículo. Ya que como dijo Morihei Ueshiba refiriéndose al espíritu del sable, sus hechos no se ven pero su humanidad brilla.

Es esta gran humanidad, adquirida quizás en el tiempo que practicó y estudió el aikido de Morihei Ueshiba durante su estancia en Japón, quizás porque ya la poseía anteriormente, hace que todo ello unido a su trayectoria y experiencias, sea considerado como un auténtico samurái seguidor del verdadero Budo, ya que en si mismo confluyen el Arte, la Cultura y la Humanidad.

Querido Alfonso, en Japón dicen que la flor del cerezo es la flor por excelencia y el samurái es el hombre por excelencia y tu, amigo Alfonso eres un verdadero samurái.

Los premios AFA, se componen de una placa y un wakizashi japonés, donde está grabado el nombre y apellido del galardonado.

La placa representa el recuerdo de unos hechos que han sido valorados en justicia y el wakizashi, no solo es un sable corto en sí, sino que al estar grabado el nombre de su propietario en la hoja, este adquiere un valor espiritual intangible, que solo puede ser comprendido por aquellos que aman y sienten la verdadera cultura de la armonía, el arte y el estudio, como parte de sí mismos, ya que los valores del Bushido, están reflejados en su hoja, por ello no debe ser mancillada por mano alguna, sino respetada como el verdadero sentido espiritual del ser humano a quien se le ha entregado.

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miércoles, 17 de diciembre de 2008

Carta del Dr. Alfonso Falero a los miembros de la AFA

D. Ezequiel Zayas

Presidente de AFA

Alfonso J. Falero

Universidad de Salamanca

Salamanca, 16 de diciembre de 2008

Muy apreciado Ezequiel,

Te dirijo estas líneas de agradecimiento como Presidente de AFA, con el ruego de que hagas llegar a todos los miembros de la Asociación mi reconocimiento por vuestra generosidad al haberme considerado digno receptor del galardón que me habéis concedido. Este galardón se suma a vuestra gentil invitación a vincularme a vuestra Asociación como asesor permanente, que formalizasteis hace justo un año, y que acepté con toda humildad, a la vez asumiendo el difícil reto de prestar a la misma un servicio digno de vuestra entidad. El galardón recibido en esta ocasión, a tan sólo un año del compromiso de serviros como asesor, me deja sin palabras para expresar la emoción que me supone vuestra exquisita consideración de mi persona.

El que esta Asociación fije su mirada en el humilde trabajo de los niponólogos de este país me parece digno de encomio por su gran sensibilidad hacia unas figuras que están fuera del circuito mediático de los galardones públicos en este país. Sin tener en cuenta la rentabilidad política o mediática de sus esfuerzos, AFA me demuestra ser una Asociación de estilo tradicional, ya poco común en nuestro mundo moderno, formada por simples amantes del aikido y la cultura japonesa, que es la matriz de esta disciplina y esta filosofía de la vida. En el vacío de muestras de reconocimiento público, más allá del estricto ámbito de los foros especializados y académicos, de la relevancia de nuestros maestros como embajadores culturales, AFA se muestra con una personalidad única y admirable, a cuyos miembros animo a seguir en la senda correcta de su amor por el aikido y su filosofía.

Es así que AFA ha tenido a bien que este galardón se me otorgue en conjunción con el homenaje realizado en estas jornadas a las inolvidables personalidades de los niponólogos recientemente fallecidos, Antonio Cabezas y Jesús González Valles. Mi agradecimiento se suma al de estos maestros, en cuyo nombre han recogido el galardón Cristina Lagura de Cabezas y Marian Martínez. Yo no puedo hablar como familiar, pero sí como discípulo y colega en la niponología, y por ello me atrevo en estas líneas a hacerme eco del seguro agradecimiento a la AFA que debe anidar en el corazón de mis maestros, desde la otra orilla. Lo cual me resulta enormemente conmovedor, y me permite manifestar públicamente mi profunda admiración hacia ambos maestros del saber, a cuyo lado no soy digno de mostrarme, y a quienes considero mis guías y protectores personales en la labor que he de continuar, recogiendo humildemente el testigo. Es por ello que agradezco profundamente el estímulo que recibo de todos los miembros de AFA para proseguir el trabajo iniciado y luchar por que la obra legada por estas dos eminencias del saber no caiga jamás en el olvido, a la vez que asumo el reto de contribuir a que la niponología española no sólo mantenga el nivel establecido por nuestros maestros, sino que avance en el saber con las nuevas generaciones.

En tercer lugar, me gustaría deciros qué significa para mí en particular el maravilloso obsequio que me habéis hecho de una wakizashi personalizada con mi nombre. En tu intervención, Ezequiel, nos recordaste que la espada es el alma del samurai, y en efecto así es. Y además sabemos que el alma se encuentra alojada en el hara. No sé si será una coincidencia que la espada se porte junto al abdomen, donde se nos dice que es el lugar del hara, pero sí os puedo decir que la primera espada que aparece en la mitología japonesa se extrajo de dentro del abdomen de un ser mágico, el dragón que fue vencido por Susanoo. Es decir nació del hara del dragón. Lo que Susanoo obtuvo del abdomen de este ser mágico fue su alma materializada, y custodiada desde entonces por el emperador como una de las tres insignias de su realeza. El abdomen es el lugar que da la vida, pues en él se encuentra la matriz de donde todos provenimos. Y también la muerte honorable del seppuku. Esta ceremonia consiste en extraer el alma mediante la espada, y entregarla como signo de pureza, inocencia y transparencia (makoto). Pero en nuestro mundo moderno, la espada tiene más significados, pues es muy rica en simbolismo. De todos ellos hay uno que se aplica a mi profesión, el saber, que tomo como mi “camino” en la vida. Me refiero al don de la “discriminación”, un carisma raro en el mundo del saber, pero que cuando lo detectamos en alguien, nos obsequia con el regalo de la “sabiduría”. La espada simboliza para mí el arte de cortar, es decir discernir la verdad del fraude intelectual, la pureza mental de la confusión de las ideas, el perfecto vacío de la mente o la “mente del kami” como prefería decir Ueshiba Morihei, de la sobrecarga de información tan propia de nuestra sociedad.

Es por ello que asumo el reto y pido a mis espíritus protectores que me asistan en el difícil arte de saber dónde dar el corte que libera la pureza intelectual de la maraña de la codicia mental, y me enseñen a amar el brote de bambú dondequiera que aparezca y a cuidarlo. Que me enseñen a liberar la vida, no a cercenarla, en mi “camino” como profesional de las ideas. Guardaré esta espada, vuestro obsequio, con esmero y amor, como símbolo permanente de una vocación que me enorgullece compartir con todos vosotros.

Con todo mi afecto,

Alfonso J. Falero

Samurai del saber